La Alhambra en blanco

Juan Luis Tapia / Publicado en Ideal granada

El responsable de los palaciones nazaríes, Mateo Revilla, desgrana el uso del color en el monumento, que originalmente estaba blanqueado en su totalidad.

Imagínense: La Alhambra en blanco, completamente encalada, vestida con el color del Islam, símbolo del poder y señal de buen augurio. Ese era el color original de la construcción nazarí enrojecida por el tiempo. Pero aún quedan unos pocos testigos de la blancura alhambreña en los muros más protegidos del Alcázar, según indicó el director del Patronato alhambreño, Mateo Revilla.
El uso del color en la construcción islámica no sólo responde a una intención decorativa sino que adquiere todo un significado simbólico, casi cósmico y religioso. El blanco es el color de los palacios, la señal de poder, la visibilidad y a la vez la luz, representación de la divinidad.

El director del Patronato de la Alhambra, Mateo Revilla, desgranó las gamas cromáticas del monumento en una conferencia dentro del ciclo del color que organizó el Centro José Guerrero.

El color adquiere usos diversos en la Alhambra. Por una parte convierte en superficies cristalinas y refinadas paños de yeso, mocárabes y zócalos. El color da un nuevo matiz y significado a determinados elementos arquitectónicos.

Los artistas nazaríes usaron la paleta cromática para destacar aquellos aspectos que más les interesaban para lograr ese imperfecto equilibrio, que le confiere a la Alhambra su belleza. «El color sirve para percibir la estructura de las composiciones, y además organiza perceptivamente el espacio», comenta el responsable del monumento nazarí.

Según Mateo Revilla también se tuvo en cuenta la incidencia de la luz en los objetos y «como con una luz de mañana o de atardecer se logran tonalidades desde muy claras hasta completamente saturadas, que tienen una pátina entre blanca rosácea, y una luz de atardecer que casi consigue el rojo».

El color en la Alhambra «tienen un simbolismo muy claro y preciso». Por una parte el color transformará «de una forma alquímica los materiales de la construcción». Los azulejos coloreados «consiguen cristalizar la luz» y las 'sebkas', celosías, las inscripciones y decoraciones vegetales se convierten en una especie de tejidos, de textiles arquitectónicos». El color consigue transformar una materia vulgar en otra más sofisticada. «Los mocárabes coloreados proyectan la luz con muchos matices y se produce un proceso alegórico que convierte la materia en luminosa», señala Revilla.

La clave del uso del color en la Alhambra, su significación religiosa, se encuentra en que «el color hace visible la luz» y «Dios es la luz del cielo y de la tierra, y los colores que reflejan la luz participan de la divinidad, y así tenemos la unidad de todo lo creado». En el color «hay una aproximación a lo divino, porque la luz no la podemos ver directamente y la conocemos por los colores», afirma Mateo Revilla. Esa es la razón última del uso del color en la Alhambra, cuyas paredes estaban recubiertas de un auténtico pastiche cromático .

Uno de los espacios en los que el color adquiere especial significado es en el techo de la Torre de Comares, representación del universo. Los siete cielos coránicos se corresponden con un color determinado que va desde el más terrenal como el bronce a los más puros como el oro, la plata y finalmente el rubí. La escala cromática se corresponde con la descripción de la ascensión de Mahoma al Paraíso.

La Alhambra era puro color, una amalgama que rozaba la estética kish en mayor gloria de la luz y de la deidad. Una muestra de este colorido se puede apreciar en los baños, gracias a un coloreado fruto de una intervención realizada en el siglo pasado.

Mateo Revilla no es partidario de restituir los colores originales «porque hay que conservar la impronta del tiempo». «El tiempo es un arquitecto que ha coloreado la Alhambra», comenta el responsable del monumento. El paso de los años ha enriquecido los tonos y colores de la Alhambra y le «ha dado un nuevo significado estético de pura expresión». Y la gama prosigue su ascenso.