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El Monasterio de Nuestra Señora de la Asunción o de La Cartuja de Granada es una de las grandes joyas del barroco español y andaluz. Se encuentra junto al Campus Universitario, en el barrio de la Cartuja, a unos 2 km del centro. Tras sus muros austeros propios de la orden cartuja, se esconde una de las decoraciones más espectaculares del arte barroco. Su visita es un viaje a la espiritualidad, al arte y la historia de esta orden religiosa en Granada. En su interior podemos encontrar obras de Antonio Palomino o del cartujo Juan Sánchez Cotán.
Los orígenes del Monasterio de la Cartuja, se remontan a la llegada de los primeros monjes desde la Cartuja del Paular en 1514.
La construcción del Monasterio de la Cartuja de Granada comienza en los últimos años de vida de Gonzalo Fernández de Córdoba, conocido como el Gran Capitán. Ya enfermo y retirado en Granada, recibió la visita del padre Juan de Padilla, una figura destacada de la Orden de los Cartujos, quien le pidió la donación de unos terrenos para levantar un nuevo monasterio.
El Gran Capitán, devoto de la Virgen venerada por esta orden, aceptó no solo ceder un amplio terreno en las huertas de Aynadamar —lugar de descanso de la nobleza musulmana—, sino también contribuir económicamente a las obras. Incluso pensaba que, llegado el momento, aquel sería el lugar donde reposarían sus restos.
En 1514 todo estaba preparado para iniciar la construcción, pero el padre Padilla fue sustituido por fray Alonso de Ledesma. Este, disconforme con el terreno donado, decidió cambiar el emplazamiento y redactó los planos para el lugar que hoy ocupa el monasterio. La decisión molestó profundamente al Gran Capitán, quien retiró su apoyo.
Un año más tarde, el Gran Capitán falleció. Fue enterrado primero en el convento de San Francisco y, posteriormente, sus restos fueron trasladados al Monasterio de San Jerónimo.
La falta de apoyo de Don Gonzalo hizo que las obras se prolongaran durante casi tres siglos, lo que provocó la superposición de distintos estilos arquitectónicos: gótico tardío, renacimiento, plateresco, barroco y neoclásico.
Entre sus muros vivieron dos pintores destacados: Juan Sánchez Cotán y Vicente Carducho. Sánchez Cotán, natural de Toledo y lego (monje no sacerdote), se encargaba de trabajos manuales que le permitían dedicar tiempo a la pintura. Reconocido por sus obras religiosas y por sus bodegones de gran realismo, ya gozaba de fama antes de ingresar en la orden. Vicente Carducho, nacido en Florencia, fue un pintor reputado en la corte de Felipe II. Rivalizó con Velázquez a raíz de un concurso para representar la expulsión de los moriscos; aunque ganó Velázquez, Carducho siempre sostuvo que el fallo estaba manipulado. Fue uno de los artistas que más veces representó a monjes cartujos en la historia del arte.
A lo largo del tiempo, el monasterio sufrió pérdidas patrimoniales importantes, sobre todo cuando en 1835, con la Desamortización de Mendizábal, se expulsaron a los monjes y se destruyó parte del monasterio.
Aun así, el conjunto monástico conservado hoy es un gran ejemplo del arte barroco español y la devoción cartujana. Está declarado Bien de Interés Cultural y en 1931 se declaró Monumento histórico-artístico.
Es una gran plazoleta que precede al monasterio y que está rodeado por un muro abierto con una portada plateresca, atribuida a Juan García de Pradas (siglo XVI). El empedrado granadino del compás también es de la misma época.
La doble escalera de mármol de Sierra Elvira que nos conduce a la puerta es del siglo XVII, fue realizada por Cristóbal de Vílchez. La fachada de la iglesia, que da acceso al monasterio, fue realizada por Joaquín Hermoso a finales del siglo XVIII y está coronada por una hornacina con la imagen de San Bruno.
El claustrillo que hoy se conserva se realizó en el siglo XVII, con galerías de arcos de medio punto sobre columnas toscanas. En este claustrillo se distribuyen las diferentes zonas comunes de los monjes: el refectorio, la sala de profundis, la sala de Legos, la sala capitular y la iglesia.
Antiguamente existía un gran claustro con 76 arcos, rodeado de celdas con huertas privadas. El espacio estaba ajardinado con palmeras, cipreses, arrayanes y otros árboles, entre los que se encontraban las tumbas de los monjes.
Se trata de una sala sencilla y austera, construida entre 1531 y 1550 y cubierta por una bóveda de crucería. En su interior se conservan destacadas obras de Juan Sánchez Cotán, entre ellas el Bodegón con cardo y zanahorias y su célebre Santa Cena, representada con gran naturalidad, como si la escena tuviera lugar en el propio refectorio.
El resto de lienzos pertenecen a tres series: una dedicada al origen de la orden cartuja, otra a la historia de sus primeros miembros y una tercera compuesta por tres obras: El Calvario de San Juan y la Virgen, Ecce Homo y Jesús camino del Calvario. Junto a la entrada se conserva también un púlpito.
Construida en 1600, esta sala —destinada a la oración previa a la comida— destaca por su retablo clasicista, que emplea un efecto de trampantojo mediante pintura en grisalla. El conjunto enmarca un lienzo de San Pedro y San Pablo realizado por Navarrete el Mudo.
Se trata de la parte más antigua del monasterio, utilizada inicialmente como iglesia. Fue edificada entre 1517 y 1519 por fray Luis de Ledesma, siguiendo el estilo tardo gótico de la época, visible en su bóveda de ojivas y terceletes. Su acceso se realiza a través de un elegante arco carpanel enmarcado por otro conopial.
En su interior se conservan tres de los trece lienzos que Vicente Carducho pintó para el claustrillo —Nuestra Señora de la Compasión, Nuestra Señora de Aniago y una Piedad—, además de una Anunciación y una talla de Cristo Crucificado. También alberga una escultura de San Bruno en alabastro, obra de la escuela granadina.
La sala capitular de monjes, de estilo renacentista, fue construida entre 1565 y 1567. Su portada, de líneas sencillas, presenta columnas dóricas y está rematada con un frontón partido por el escudo de Castilla.
La cubierta comienza con una bóveda de crucería y continúa con una bóveda de cañón decorada con casetones, esquema que también sigue la semicúpula del fondo.
En el interior destacan dos esculturas de gran valor: el Cristo de las Penas, considerada la obra más importante de los hermanos García (siglo XVII), iniciadores del barroco andaluz, y la Virgen del Rosario, del escultor granadino José Risueño.
La iglesia presenta planta de una sola nave, cubierta por una bóveda de arista. Fue construida por Cristóbal de Vílchez a mediados del siglo XVI y finalizada en 1662. El proyecto original contemplaba la construcción de cuatro torres, una en cada ángulo de la nave, aunque finalmente solo se levantó una.
El interior, dividido en cuatro tramos, impresiona al visitante por su rica decoración barroca, con profusas yeserías blancas de motivos de hojarasca. Entre sus obras destacan lienzos de Juan Sánchez Cotán, como El Descanso en la Huida a Egipto y El Bautismo de Cristo, así como pinturas de Pedro Atanasio Bocanegra.
El presbiterio está cubierto por una bóveda elíptica y está presidido por un altar mayor en forma de baldaquino de madera dorada, obra del maestro del barroco andaluz Francisco Hurtado Izquierdo (siglo XVIII). En su interior se encuentra una imagen de la Asunción, tallada por José de Mora, otro de los grandes artistas de la época.
Detrás del presbiterio se encuentra el sagrario, obra de Francisco Hurtado Izquierdo. Este espacio, de marcada teatralidad barroca, está coronado por una elegante cúpula decorada con frescos de Antonio Palomino (1712), que representan el triunfo de la Iglesia Militante, de la Fe y de la Vida Religiosa.
En los intercolumnios se disponen esculturas de San Juan Bautista, San Bruno y María Magdalena. En el centro destaca un imponente tabernáculo de mármol, concebido como una custodia en piedra, que constituye el elemento focal de todo el conjunto.
La sacristía, de grandes proporciones, destaca por su abundante decoración en yeso labrado con formas geométricas y abstractas. Su construcción comenzó en 1732 y, aunque no se conoce con certeza su autor, se baraja que pudiera ser obra de José de Bada o del lego fray José Manuel Vázquez. Sí se sabe que en ella participaron el cantero Luis de Arévalo y el tallador Luis Cabello.
El espacio, vacío en su zona central, presenta un suelo con diseño romboidal y paredes profusamente decoradas en blanco, lo que genera una fuerte impresión en el visitante. Se cubre con una cúpula ornamentada con las figuras de San Juan Bautista y de San Bruno, fundador de la orden, pintadas por Tomás Ferrer en 1735.
El horario de visitas al monasterio de la Cartuja es de domingo a viernes, de 10:00 a 18:30 horas (cierre de puertas a las 18:00 horas). Sábado, de 10:00 a 12:15 horas y de 15:00 a 17:30 horas (cierre de puertas a las 12:45 y a las 18:00 horas).
El monasterio cierra el 25 de diciembre y 1 de enero.
Tiene horario reducido el 24 y 31 de diciembre que estará cerrado a partir de las 14:00 horas.
Durante los actos litúrgicos no se permite la visita turística al interior del templo.
Está permitido realizar fotografías y vídeos, sin flash ni focos, ni trípodes o palos selfie.
No se permite la entrada con animales de compañía, salvo perros guía.
El monasterio se encuentra en la zona norte de la ciudad, a unos 2 km del centro. El paseo desde Plaza Nueva dura alrededor de 35 minutos y permite descubrir calles con mucho encanto, como calle Elvira o Gran Vía.
Hay diferentes líneas que te llevarán al monasterio:
- La Línea 8. Palacio de Deportes – Camino de Alfacar es la más directa para llegar desde el centro o desde el barrio del Zaidín. La ruta pasa por la Acera del Darro, Gran Vía y la Avenida Constitución. La parada más cercana es Prof. Vicente Callao – Facultad de Ciencias de la Educación.
- La Línea U2. Plaza Albert Einstein – Campus de Cartuja. Ideal si te encuentras en la zona del Campus Universitario de Fuentenueva. La parada más cercana es Paseo de Cartuja – Monasterio.
- La Línea U3. P.T. Salud – Campus de Cartuja – Camino de Alfacar si te encuentras en la zona del Barrio del Zaidín y Camino de Ronda. La parada más cercana es Prof. Vicente Callao – Facultad Ciencias de la Educación.
- La Línea U1 si estás en la zona del Campus de Aynadamar o el Barrio de La Chana. La parada es la misma que la Línea U3, junto a la Facultad de Ciencias de la Educación.
Se puede llegar al monasterio en coche. El Camino de Alfacar y Paseo de Cartuja están muy bien comunicados. Puedes buscar aparcamiento en el mismo Paseo de Cartuja, en las calles de esta zona o bien en los Parkings gratuitos disponibles en el campus universitario.
También es buena opción ir en taxi. La tarifa ya dependerá del día de tu visita y la distancia.
En la misma Calle Real de Cartuja se encuentra el Mesón la Rumba, un lugar muy valorado donde podrás disfrutar de tapas y raciones típicas, incluyendo opciones vegetarianas.
Puedes acercarte a barrios cercanos como Beiro, Los Pajaritos, La Caleta, la Plaza de Toros o directamente al Centro.
En Beiro puedes tapear en Bar Los Arcos. En La Caleta encontrarás el Bar Aliatar Caleta, que mantiene la tradición del clásico bar Aliatar del centro y ofrece una gran variedad de bocadillos fríos y calientes. En esta zona también se ubican locales emblemáticos como Torcuato Caleta o La Cueva de 1900 / Caleta. En Plaza de Toros encontrarás tapas caseras en el Bar El Nido del Búho. Y en el centro encontrarás bares tradicionales como Ávila o La Sitarilla.
Te recomendamos que consultes la disponibilidad y valoraciones actualizadas de estos establecimientos.
El Monasterio de la Cartuja se encuentra en las proximidades del Campus Universitario de Cartuja, algo alejado del centro histórico de Granada. Muy cerca, junto a la Facultad de Psicología, se conserva un pequeño torreón mirador conocido como el “cenador”, el “cenador jesuita” o el “templete”, que formaba parte de las instalaciones de los jesuitas en el siglo XIX. Aunque hoy se encuentra en estado de deterioro, desde este rincón todavía se disfrutan magníficas vistas de la ciudad, la vega y sierras cercanas como la de Loja o Sierra Elvira.
A poco más de 20 minutos a pie por el Paseo de Cartuja y la Carretera de Murcia se llega al Mirador de San Cristóbal. El camino es cuesta arriba, por lo que, si lo prefieres, puedes acercarte en coche y aparcar en el Parking de San Cristóbal o incluso coger un taxi.
Otra opción es dirigirte hacia el centro de Granada. En la Avenida Doctor Olóriz se encuentra la Plaza de Toros, también conocida como la Monumental de Frascuelo, un edificio de estilo neomudéjar de principios del siglo XX. También puedes dirigirte hacia el Hospital Real y llegar hasta el Arco de Elvira, uno de los accesos históricos de la ciudad durante la dominación islámica.
Desde allí, el paseo puede continuar por la Gran Vía y llevarte hasta algunos de los monumentos más destacados del centro: el Monasterio de San Jerónimo, la Basílica de San Juan de Dios, la Catedral y la Capilla Real, entre muchos otros lugares de interés.